Kaiji Kawaguchi en España: EAGLE




Tras la resaca electoral, supongo que toca hablar de la gran apuesta editorial de Glénat para este pasado Salón del Manga: EAGLE, la forja de un presidente.

Kaiji Kawaguchi, el autor, es un nombre reconocido a nivel mundial. Capaz de hacer historias de carácter serio, tratando temas bélicos (The silent service, Zipang), políticos (Eagle) o de mafiosos (Araragi Express) y ganador de prestigiosos premios en Japón y fuera de allí. (varias veces el Kodansha Manga Award, una el Shogakukan Manga Award y varias nominaciones a los premios Eisner).

No es la primera vez que este interesante autor aterriza en España, “Araragi Express” fue editado en la controvertida línea Pachinko de Planeta. Desde luego es un autor que se codea con gente de la talla de Urasawa o Taniguchi, con ese dibujo realista y esa narración tan bien llevada. Pero en aquella ocasión (como pasó también con Yoshikazu Yasuhiko) no parece que acabase de cuajar.



La razón por la que nos llega esta obra no ha sido ocultada en ningún momento por la editorial, ha aparecido en el mercado justo cuando las elecciones americanas estaban en su momento mas álgido, y cuando hemos presenciado el ascenso del primer candidato afroamericano a la presidencia del país mas importante del mundo. El oportunismo es evidente (incluso se nombra a Obama en la contraportada y hay un innecesario epílogo sobre dichas elecciones), pero desde luego no voy a quejarme si sirve para traer a un autor de este calibre.

El subtitulo del primer tomo es “El primer candidato asiático-americano a la casa blanca” y resume muy bien la premisa del cómic. Kenneth Yamaoka anuncia en las primeras páginas su firme intención de ser el candidato demócrata a la presidencia de los Estados Unidos. Es un desconocido con poca experiencia política real, pero su carisma y sus propuestas, le harán ir ascendiendo. Por delante tiene toda una carrera presidencial que empieza por las primarias de su propio partido.

Muy acertadamente Yamaoka no es el protagonista, aunque sea el centro de la historia y todo gire en torno a él. El protagonista es un joven japonés elegido por el propio Yamaoka, que deberá seguirle durante toda la campaña y publicar un artículo sobre todo ello, cuando la carrera haya finalizado. Pero ¿Porque le ha elegido a él, si ni siquiera es periodista político? En su primer encuentro con Kenneth , este le confesará que es su padre, la persona que le abandono a él y a su madre hace mucho tiempo.

Hay a quien el tono melodramático de esta parte le puede mosquear un poco. Pero creo que la intención es sólida, no se trata “solo” de la historia de un político, se trata de la historia de un chico que a través de testimonios, flashbacks y estar colocado en primera fila, trata de saber quien es su padre, una persona que ha aparecido ante él tan de golpe como cuando anunció su candidatura por sorpresa. El tono va oscilando pero podríamos decir que es una especie de unión entre “el almanaque de mi padre” de Taniguchi, y “El ala oeste de la casa blanca”.


El primer tomo que se ha publicado es bastante mas gordo de lo habitual (mas de 400 paginas) y cubre todo el comienzo de la carrera política. Los discursos no son demasiados, y se hace mucho hincapié en los tejemanejes de los políticos. Algunos duelos verbales esta realmente conseguidos y el ritmo es magnifico, difícilmente alguien se aburrirá leyéndolo a pesar de sus 400 paginas.

Sobre la edición, Glénat vuelve a hacer un buen trabajo, ajustando mucho el precio (se nota que es una apuesta fuerte). Diez euros por mas de 400 páginas es un muy buen precio, más aun porque el tamaño es mayor de lo habitual. Se edita además en formato occidental, cosa que agradecerán muchos lectores no acostumbrados al sentido japonés.

Por no extenderme mas: Compra recomendadísima que viene a demostrar una vez mas, que los comics japoneses van mas allá de los típicos Shonen de peleas para chicos y de las edulcoradas historias de amor adolescente para chicas.



Un aplauso para Glénat por traernos esta pequeña joya, y ojala que sea solo la primera de muchas mas (Silent Service, por favor).

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