Yoshiaki Kawajiri (Parte I) : Lensman, Laberinto de Historias, Wicked City y Demon City

Renovando el interés por mi (bastante abandonado) blog, creo que lo que me hace falta es hablar de un tema que me interese profundamente. Pocas cosas podría elegir más interesantes que el director Yoshiaki Kawajiri, muy ligado a mi afición al mundo de la animación.

Sus orígenes son fáciles de resumir. Estudió en la universidad, pasó a formar parte como tantos otros de Mushi Productions y se tiró buena parte de la década de los 70 y 80 como animador en diferentes proyectos: Ashita no Joe, Único, Comando G, Hiroshima, Harmagedon, Kamui…hasta que le llegó su primera misión como director, Lensman (1984), para la productora Madhouse.

Lensman

La película se basó levemente en las novelas originales de E.E. Smith, uno de los padres de la Space Opera. Seguía los pasos de un joven al que confiaban unas lentes con la habilidad de modificar sus capacidades mentales, permitiéndole hacer cosas que los humanos normalmente no pueden. Metido en medio de una lucha contra una gran raza intergaláctica dictatorial, la película se ha ganado desde entonces cierta fama de aburrida. Los fans de las obras originales reniegan de esta producción, y la verdad es que el resultado final dista bastante de ser brillante.

Aunque visualmente es bastante competente, el ritmo está bastante mal llevado y la historia esta bastante mal hilada.

En Lensman Kawajiri se encargó de la dirección junto al veterano Kazuyuki Hirokawa, y también de los diseños de personajes. Tuvo cierto impacto en occidente, ya que formó parte de aquella primera oleada de Anime que tantos adeptos ganó en los 80.

Sin embargo, dejando Lensman atrás, sus primeros grandes años son 1987 y 1988, cuando tres proyectos le catapultaron a la fama:

Neo-Tokyo: The running man

En primer lugar tenemos “Neo-Tokyo”, un film producido por Katsuhiro Otomo (Akira, SteamBoy) que constaba de 3 segmentos animados. Kawajiri escribió y dirigió el segundo de ellos: The running man. La historia de un corredor de carreras futuristas, presionado hasta el límite, y su obsesión por continuar siendo el campeón aunque su integridad física peligre en el proceso.

El corto dura menos de 15 minutos y tampoco es que contenga una historia especialmente elaborada, pero la intensidad de sus imágenes logran una experiencia muy llamativa. Es muy curioso como bastantes años después en Animatrix, escribió un guión (World record) notablemente similar para su gran alumno Takeshi Koike (RedLine, Trava). Koike, uno de los nuevos valores en el mundillo de la animación, ha trabajado en la mayoría de las producciones que ha dirigido Kawajiri desde entonces como animador.

Su estilo visual a estas alturas ya está totalmente definido. Personajes con colores bastante apagados, profusión de sombras y negros, y un detalle en general algo superior a lo habitual en producciones japonesas. Aunque en las escenas más tranquilas la animación puede no destacar, sus escenas de acción se vuelven realmente dinámicas, con abundantes efectos visuales y un montaje trepidante. Es un director que sabe economizar recursos y destinarlos a los momentos clave.

Wicked City

En segundo lugar, se le encargó dirigir un corto de 35 minutos basado en una novela del popular escritor de novelas de terror Hideyuki Kikuchi. El resultado fue tan satisfactorio que la productora le pidió a Kawajiri que lo expandiese y crease un largometraje para exhibirlo en cines. En menos de un año completó el proyecto, dando lugar a uno de los clásicos de anime de los años 80: Wicked City.
Nuestro mundo vive en cierto equilibrio, pero su aparente paz es fruto de un tratado firmado hace bastantes años entre los habitantes de la tierra y los de un mundo paralelo habitado por demonios. El film sigue los pasos de un guardaespaldas del mundo humano que debe colaborar con una agente del otro mundo, para llevar sano y salvo a un poderoso anciano a la firma de un nuevo tratado de paz. La tarea no es sencilla, porque un grupo rebelde está deseando que el trato nunca se lleve a cabo.

La estructura de la película es a ratos un tanto episódica, con pequeñas escenas que culminan en un enfrentamiento, y la historia solo avanza entre ellas. La historia es interesante a ratos, aunque un tanto irregular, con algunas reacciones y giros un poco extraños. No obstante sirve de hilo conductor muy bien.

Como era habitual en los 80, no se puede tener una historia con demonios, magia oscura y personajes con poderes, sin una buena ración de sangre y sexo. Es imprescindible en estas películas esa sensación de depravación y exageración. Aunque se podría decir que alguna escena bordea levemente el hentai, el sexo se presenta como una obsesión  y una perdición a la vez, y siempre está relacionado con prácticas bastante terribles. No está planteado como un recuso erótico sino como un recurso puramente grotesco y amoral.

La violencia que contiene la cinta es bastante exagerada. Todo en ella está conjuntado para dar al espectador un viaje por un mundo imposible realmente turbio, repleto de poderosas imágenes difíciles de olvidar. Hay que advertir eso si, que es una película explícita y probablemente para bastante gente, desagradable.

Me parece una de las cumbres de Yoshiaki Kawajiri y vista hoy en día resulta muy afín al director. En posteriores películas refinaría todavía más su estilo visual y animación, pero Wicked City es absolutamente imprescindible para entender su carrera.

Demon City Shinjuku

El gran éxito cosechado por Wicked City le dio la oportunidad de rápidamente dirigir una segunda adaptación de una obra de Kikuchi: Demon city Shinjuku, producida derecha a video (OVA) en 1988.
La historia es algo más típica, con un malo tratando de hacer un ritual para traer a un enorme grupo de demonios para que destruyan la tierra, y un joven elegido (con maestro espiritual) marchando a su búsqueda para matarlo. También hay una chica de por medio. En general es mucho más directa que Wicked City y con bastante menos desarrollo.

También es bastante más accesible, contiene mucha menos de violencia explícita, y todo el extraño e incomodo rollo sexual de la primera se reduce muchísimo. Las calificaciones de edad son bastante elocuentes, mientras la primera era +18, esta segunda se rebaja hasta el +13, y se nota.

En general el ritmo está bastante mal llevado, avanza muy a trancas y barrancas, y el protagonista es bastante blandito. Cuando finaliza, lo que uno recuerda son las 3 o 4 escenas/enfrentamientos mas destacados que contiene, rodados con el habitual buen hacer del director, y con unos diseños de enemigos muy logrados. Siempre acabo viendo la película por el espectacular prólogo, una escena que ocurre en una sala de billar y otra que ocurre en un parque.

Creo que a Demon City le pasa factura su inferior historia, el cambio en la calificación de edad y la evidente bajada de presupuesto al ser un OVA. No es una mala película y tiene cosas muy destacables, pero es bastante inferior a Wicked City.

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Tanto Wicked City como Demon city fueron editadas en dvd en España por Llamentol. Sin extras, pero respetando el formato original (1.33:1), la calidad de imagen casi no aprueba: colores bastante “lavados”, imperfecciones en la imagen… de todas formas estos animes de los 80 tienden a tener unos dvds bastante justitos. En USA se relanzó Demon City con mejor imagen, pero Wicked city creo que sigue sin haber salido de Japón en su versión remasterizada. Una pena.