5# Ikoku Meiro no Croisee
Todos los años me gusta disfrutar de un buen Slice of Life, pequeñas historias cotidianas agradables de ver donde los grandes sucesos que ocurren son siempre de tipo personal (y se acaban resolviendo). La que he elegido este año ha sido Ikoku Meiro no Croisee.
He dudado considerablemente entre esta y Usagi Drop, una decisión muy difícil. He escogido Croisee por su peculiar ambientación y premisa, que creo que la separan de otras propuestas similares: ocurre en la Francia del siglo XIX, cuando Japón empezó a ser algo más conocido en Europa. La protagonista es Yune, una niña pequeña acostumbrada a ejercer como sirvienta japonesa (en este caso, nada del estilo de sirvientas al estilo Europeo que sobreabundan en los animes japoneses, con claras intenciones discutibles), que se traslada a París bajo la tutela del propietario de una tienda de antigüedades.
Está primorosamente animada por Satelight, con unos fondos impresionantes. Y aunque la serie podría entrar en la categoría de “personaje mono teniendo reacciones monas”, es el choque de culturas lo que de verdad hace sobresalir a la serie. También es algo más dramática que otras series de este tipo.
4# Level-E
La adaptación animada del manga de Yoshihiro Togashi ha sido realmente ejemplar. Muy fiel a la obra original, tanto visual como argumentalmente supone un punto y aparte en las series actuales, con un estilo que recuerda a los animes de finales de los 80.
La extraña mezcla de ciencia-ficción, comedia y terror, funciona como un reloj. Todo arranca con un Alien que decide quedarse en el apartamento de Tsutsui, a partir de ahí es difícil saber si todo lo que ocurre va en serio o no.
Como ya lo fue el manga original, es una de las propuestas mas divertidas, y a la vez inteligentes, del año..
3# Tiger and Bunny
Uno de los grandes éxitos del año, Tiger & Bunny empezó a hacerse notar por incluir publicidad real en su argumento. Pepsi, SoftBank… toda una serie de marcas aparecen constantemente en pantalla, justificadas por la idea de la serie: un grupo de dispares superhéroes que se enfrentan al crimen, esponsorizados por grandes marcas y con las cadenas de televisión siguiéndoles como si fuese todo un gran espectáculo (hasta les asignan puntos como si se tratase de un concurso).
La mejor parte de la serie es que el protagonista es un superhéroe no especialmente bien considerado, bastante veterano y que tiene una hija. Se agradece que un anime siga por una vez los pasos de un personaje poco popular y ya entrado en años, logra darle a la serie un cierto tono crepuscular muy llamativo. En el primer episodio de la serie la compañía para la que trabaja es vendida y se ve obligado a trabajar como compañero de un nuevo superhéroe, mucho más joven.
También es de agradecer el plantel de secundarios, toda una serie de estrafalarios “supers” que la serie se preocupa de darnos a conocer mejor a lo largo de los capítulos, haciendo mucho hincapié en la diferencia entre su vida normal y su vida heroica.
2# Redline
Para muchos (yo incluido) es la película del año. Dirigida por Takashi Koike (Animatrix-World Record, Trava) en su debut en formato largo, sigue los pasos de un conductor experto en carreras de coches, que es seleccionado para participar en Redline, una enorme competición que se celebra cada x tiempo en diferentes planetas.
Usando la historia como un simple motor, la verdad es que la película le mantiene a uno pegado al asiento. Es un despliegue visual y narrativo sin precedentes, del tipo que sería imposible recrear en acción real: deformaciones, montajes paralelos… y una visceralidad y adrenalina increíble.
Es todo un espectáculo de luz y velocidad, tremendamente creativo. Pocas propuestas de este nivel se producen ya en la animación en general.
1# Mahou Shoujo Madoka Magica
Y si hablamos de éxitos y de series que lo tienen todo para merecer ya casi la categoría de clásicos dentro del mercado japonés, Madoka ocupa el lugar más importante del año. No solo ha arrasado en ventas, sino que ha tenido a millones de personas pegadas a la pantalla de su televisor (o monitor) deseando saber como iba a evolucionar cada aspecto de la historia.
Partiendo de una premisa sencilla y bastante manida (chica joven encuentra una criatura mona que le ofrece convertirse en magical girl) la serie le daba la vuelta una y otra vez a las ideas y conceptos habituales, dirigiendo el tono y las reflexiones a un público bastante más adulto del habitual. Si bien el primer par de episodios pueden parecer mundanos, el tercero impactó en los espectadores como pocos han logrado en los últimos años. Personalmente en su momento no me pareció para tanto, pero es a partir de ahí cuando la serie empieza a jugar con una serie de conceptos muy interesantes y cambia radicalmente el tono. Los clímax que posee la serie son de una intensidad y brutalidad chocantes.
Su guionista ha sido Gen Urobuchi, especialmente célebre por sus guiones para aventuras de ordenador japonesas como Phantom of inferno o Saya no uta. Más de uno se extrañó al ver su nombre asociado a una serie de Magical Girls, y solo cuando la serie progresó se vio claramente que el tono iba muy acorde a su estilo.
Para el diseño de personajes en cambio, se eligió a Ume Aoki, que tiene unos diseños bastante peculiares. Especialmente célebre por Hidamari Sketch, sus diseños son a veces algo extraños, con unas cabezas mas anchas que altas en la mayoría de los casos. En cualquier caos son diseños bastante “monos” que contrastan radicalmente con el resto de la serie, de forma sin duda intencional.
A nivel visual como es habitual en el estudio Shaft tenemos un nivel altísimo, no siempre en lo relativo a la calidad de la animación en si, sino a la creatividad que exhiben al planificar las escenas. El diseño de enemigos y sus mundos merecen todo el reconocimiento posible.
No se muy bien como de fácil sería vender algo así en occidente porque por un lado no es lo que parece, y por otro… lo que realmente es, no parece fácilmente vendible. En cualquier caso, ahí queda la recomendación (! Y llegad hasta el episodio 3 como mínimo ¡).
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Finalmente creo que merecen una mención especial Usagi Drop (por su seriedad al tratar una temática tan delicada), Mawaru PenguinDrum, Fate/Zero (que es difícil de situar porque de momento está inconclusa), Gosick y Black Lagoon: Roberta’s Blood trail.
Y eso es todo. Feliz 2012, y disfrutad de las fiestas ;)
1 comentario:
No he visto ninguna pero tienen muy buena pinta, gracias por la recomendación.
¡Felices fiestas!
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