No acostumbro a hacer dos entradas tan seguidas, pero creo que la ocasión lo requiere. Diversos medios están recogiendo que el ilustre autor de cómics Yoshihiro Tatsumi falleció el pasado día 7, a los 79 años de edad.
Fue uno de los grandes autores de cómic japonés "serio", por decirlo de alguna manera. Disgustado con la generalización que sufría el manga, visto casi siempre como unas historietas para niños sencillas y divertidas, acuñó el término 'Gekiga' (imágenes/ilustraciones dramáticas) a finales de los años 50 para referirse a su propia obra, que era mucho más seria, enfocada a un público adulto y se preocupaba por los temas sociales de la época.
Su corriente, inicialmente distribuida en tiendas locales, era alternativa a la que Tezuka estaba llevando desde Tokyo y encontraba buena parte de sus lectores en aficionados veteranos que buscaban algo más acorde a su edad. Pronto, un buen número de dibujantes empezó a seguir su misma linea, empleando el mismo término 'Gekiga'.
La influencia llegó tan lejos, que el propio Tezuka reconoció que los tiempos habían cambiado y fue progresivamente haciendo incursiones en cómics más adultos (Fenix, Adolf, Alabaster...). Todo culminó en los años 70 y principios de los 80, donde todo tipo de tendencias convivían en armonía en el mercado.
En España tuvimos contacto con Tatsumi muy pronto, en los años 80. La revista El Vibora publicó varios de sus cómics en sus páginas, incluyendo uno en el ya mítico "El Víbora, especial Japón". También publicó un volumen individual titulado "Que dura es la vida", buena muestra de que el autor convencía lo suficiente.
Desde el año 2000 hemos recibido unas cuantas ediciones de obras suyas (puede que se me olvide alguna):
-"Una vida errante", publicado por Astiberri: Su ambiciosa autobiografía, reconocida internacionalmente con prestigiosos premios y que tuvo una estupenda adaptación animada hace pocos años.
-"Goodbye", "Mujeres" y "Infierno" por parte de La Cupula.
-"La gran revelación" y "Venga, saca las joyas" por parte de Ponent Mon.
Desgraciadamente la mayor parte de ellas están ya descatalogadas.
Y poco más que añadir. Se nos ha ido uno de los grandes, probablemente el más humano de los autores clásicos japoneses, que hizo evolucionar el medio en nuevas direcciones. Descanse en paz.
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