Las aventuras de Hols, el príncipe del sol (La princesa encantada - Taijo no ori: horus no daiboken, Isao Takahata - 1968)

En lo que termino la entrada sobre el año 2014 (que voy con bastante retraso) me permito reseñar esta película, pieza capital en la historia de la animación japonesa. Takahata está nominado este año al Oscar a mejor película de animación por "El cuento de la princesa Kaguya", así que parece un buen momento para mirar un poco sus orígenes.


Empezada en 1965 y con una producción de casi 3 años, Hols supone el primer gran encuentro entre Isao Takahata y Hayao Miyazaki, diecisiete años antes de la fundación del estudio Ghibli. Fue el comienzo de una relación profesional que nos ha ido dejando piezas realmente memorables, y es difícil entender la carrera de uno sin el otro.

Producida por la Toei, el equipo principal de la producción estuvo repleto de jóvenes animadores como Yasuo Otsuka, Yasuji Mori o Yoichi Kotabe, todos ellos con ganas de probar y experimentar cosas nuevas en su campo. Takahata ejerció de director, aceptando montones de aportaciones del resto del equipo, con ese estilo tan democrático y abierto que siempre le ha caracterizado. Miyazaki por su parte hizo parte de los diseños, fue parte integral de la animación, y parece que aportó mucho contenido propio al film.

La idea de la Toei era realizar algo no tan enfocado a un público infantil como estaba realizando hasta entonces. Tenían de referente fundamental el cine que Disney producía en Estados Unidos y en esa linea habían hecho cosas como Sinbad, Alakazam el grande o Jack y la bruja, cintas repletas de humor y con un tono muy ligero.


La película se basa en una historia popular del pueblo Ainu (una raza del norte de las islas japonesas), pero traslada la acción a Escandinavia. Sigue a un joven que extrae la "Espada del sol" y el largo camino que emprende para ayudar a otros miembros de su pueblo (en guerra por culpa de un tirano) y mantendrá una curiosa relación con una misteriosa joven.

Es una historia con tintes épicos, que explora algunos temas serios que guardan sospechosos paralelismos con la propia producción de la película. Hay un mensaje bastante contundente sobre lo positivo que resulta para un pueblo unirse y afrontar sus problemas juntos. Algo muy afín a Takahata, ya que siempre fue miembro y defensor de los sindicatos de trabajadores dentro de la industria de la animación, y eran tiempos de revueltas estudiantiles.

Pero más allá del cambio de tono que suponía la historia dentro de la Toei, el film ocupa un lugar privilegiado dentro de la historia general de la animación porque supuso un cambio técnico con pocos precedentes. Confluyó en una misma producción: la atención al detalle de Takahata, un enorme grupo de animadores jóvenes con talento e ideas nuevas, y un tiempo de desarrollo más de 3 veces superior a lo habitual por entonces.


Cada vez que hay en pantalla una escena de acción, todo se vuelve dinámico y extremadamente fluido. La cámara sigue lo que ocurre con naturalidad, con planos repletos de movimiento, muy rápidos. Es además una cinta muy contundente, con una violencia seca muy poco "cartoon", ya sea con humanos o animales.

En una de las primeras escenas, el protagonista se enfrenta con un hacha a un grupo de lobos hambrientos. Es una escena (animada por Hayao Miyazaki) que apenas tiene diálogos, es todo animación de primer nivel pura y dura, narrando todo lo que ocurre. En films similares de la época, lo habitual habría sido algo más estático, exagerado y con narración de por medio.

Yasuo Otsuka, uno de los grandes animadores de la época, ofreció una de las escenas más emblemáticas de la historia japonesa: el enfrentamiento entre el protagonista y un pez gigante. Está considerada una de las primeras escenas denominadas Sakuga por los fans, escenas donde se suele notar la  mano de su animador principal (a veces incluso actuando como único animador) y se produce un aumento espectacular en la calidad de la animación, tanto en fluidez como en personalidad. En este caso, es una escena importante porque en ella Otsuka modula el número de cuadros de animación según el plano: planos extremadamente fluidos se intercalan con planos más estáticos con menos cuadros, logrando un efecto muy de "anime moderno". Es un detalle histórico que puede que interese solo a un grupo reducido de personas, pero es indicativo una vez más, de la importancia de este film.


Siempre me ha llamado la atención el estilo visual de algunos fondos y personajes, sobre todo en lo que tiene que ver con el villano y la chica. Aprecio claramente la influencia que la animación rusa estaba ya ejerciendo sobre Takahata y Miyazaki, sobre todo films tan emblemáticos como La reina de las nieves (Lev Atamanov, 1957), que ellos mismos editarían posteriormente bajo el sello Ghibli en Japón.

Y si bien el tono, el estilo y la animación eran muy remarcables, la taquilla no respondió. Hay versiones diferentes de porqué fue así, pero sin duda fue un fracaso notable. Solo conforme pasaron los años se encumbró hasta la posición privilegiada que ocupa hoy en día. Acabó convertida en un referente fundamental para una generación de animadores, y personas como Otsuka tardaron poco tiempo en ser directores de animación en numerosos proyectos, imprimiéndoles su propio estilo. La "revolución anime" acababa de llegar.

Es una pieza de historia que a día de hoy se deja ver sorprendentemente bien, a diferencia de algunas otras producciones de la época. El espectador más actual probablemente acuse a algunas partes de la historia de ser demasiado esquemáticas, y detecte algún problema medianamente serio de ritmo. Pero sigue siendo una película muy recomendable.


Fue editada en nuestro país en dvd hace ya unos añitos. Divisa hizo una edición sencilla, con buena imagen, el doblaje original que tuvimos en su día, el doblaje japonés con subtítulos,  y un precio bastante ajustado.

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